Reflexión de Vic

Mirad que fotico hicimos en Cuenca.

Podría haber elegido las casas colgantes, o el museo de arte moderno que es uno de los “caballos de batalla” de la nueva Cuenca. Me encanta esa expresión.

La cuestión es que la instantánea tiene una gran potencia comunicativa. Es semiótica pura. Tenemos un referente, y un significado con varias interpretaciones, según de la cultura de la que vengas.


Un indio precolombino vería en la foto dos tótems o deidades, el de la izquierda el de la lluvia... y el de la derecha, el de la fertilidad.

El hombre de Atapuerca se fijaría en el caballo de madera, y los relacionaría con aquellos que podemos encontrar en las cuevas de Altamira.

Si avanzamos algunos años, un hombre del Renacimiento como Leonardo da Vinci se aventuraría a imaginar una sofisticada máquina compuesta por diversas poleas y manivelas. Al menos una manivela.

Si ponemos la brecha entre sexos, una mujer pensaría que quiere los muebles del salón en esa madera, supongo que debe ser pino...cho.

Por deformación profesional, un cirujano plástico advertiría que la figura de la derecha tiene tetas puestas, o sea, no son naturales (¿os habías fijado? Hice la foto hace más de 4 meses y me acabo de dar cuenta).


A nivel personal, observo que en Cuenca hay gente muy marranica, y yo más. Se encontraron con un tronco con una rama que parecía una pilila, y se tomaron la gran molestia de montar todo esta falla. Pero buenas risas que nos echamos.

Olé el humor!