Esta semana he dejado mi piso en Gandia, lo cual me ha traído un costoso y algo nostálgico proceso de mudanza. Pero también deja alguna curiosa anécdota. Ahora que no me voy a cruzar con el resto de vecinos puedo mostrar al mundo la oh! cruda realidad de la compra venta / alquiler de pisos.
La cosa está malita, eso lo sabemos todos. Y la competencia es dura. En este edificio de Gandia hay varios pisos, simalares que se alquilan. En la entrada encontramos 3 carteles, no sabemos si contraviniendo los estatutos de la Comunidad. Vamos a analizarlos:
- Por un lado, un cartel de color amarillo, para alquilar. Obsérvese el símbolito del teléfono, muy gráfico y directo, y su posición dominante sobre el resto de carteles que, no contentos con alquilar, prefieren vender.
- A la izquierda de la pantalla, la derecha visto desde la calle, hay un cartel comprado para colgar, de los que vienen ya hechos, vamos. Sólo hay que rellenar la casilla de los números de teléfono. Tiene un llamativo color naranja fosforito, y demuestra poderío e incluso alto poder adquisitivo.
- A nuestra derecha está el David contra Goliat del asunto. Sobrio, en papel blanco din-A 4 y impreso / imprimido con tinta negra. Sin florituras. Así como de barrio, hecho a si mismo, más modesto.
Pero en realidad, ha habido una lucha feroz por la competencia, incluso puede que se hayan arrancado los carteles rivales. Pues bien, el más modesto no se va a quedar de brazos cruzados. Y advierte "no lo quites o te quitaré el tuyo". Está escrito desde dentro, como diciendo "TE VIGILO", e incluso insinúa algó así como "no lo arranques o te lo arranco", el cartel, o lo que sea. Y aquí está mi número y te lo repito a la cara, si hace falta. Olé por los carteles macarras!
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